jueves, 21 de agosto de 2008

Carta aval: la garantía del seguro de salud


Compromiso Si hay una complicación se puede extender la cobertura

Carta Aval

El documento le permite al asegurado ser admitido en la clínica sin tener que pagar. Puede obtenerse hasta en 24 horas


Ingresar a una clínica para un tratamiento o cirugía programada puede acelerar el pulso y empalidecer el rostro. Pero también vaciar el bolsillo de pacientes que no cuentan con un seguro de salud o prefieren utilizar sus ahorros y esperar el reembolso.
Sin embargo, aquellos asegurados tienen un respaldo para entrar al centro de salud sin pagar (excepto cuando haya deducibles o gastos no amparados), y que responderán por ellos ante cualquier eventualidad: la carta aval.


Ese compromiso por escrito, que señala que la empresa de seguros se encargará de los gastos de la intervención médica, es posible obtenerlo gracias a una relación comercial entre la institución  económica y la de salud, mediante la cual llegaron a un acuerdo en los costos de cada procedimiento.
"Una clínica afiliada es aquella institución médica u hospitalaria, en la cual la compañía de seguros indemnizará, de acuerdo con los gastos razonables (promedio calculado por la compañía, considerado para un mismo procedimiento quirúrgico o
médico, en una misma área geográfica, con clínicas de igual categoría), una vez descontado el deducible y los gastos no amparados, hasta el máximo de la suma asegurada". En algunas de esas clínicas el seguro paga 100% del monto facturado, después de que le descuentan al paciente el deducible y los gastos no amparados.
Por otro lado, una clínica convenida es aquella en la cual la aseguradora garantiza el pago de 100% del monto facturado,
con iguales condiciones si existen descuentos, . El proceso para solicitar una carta aval en la compañía de seguros es cada vez más eficaz.
Los dos requisitos principales para pedirla son el presupuesto, debidamente sellado por el centro clínico, y el informe
médico, en el cual se especifican impresión diagnóstica, signos, síntomas, antecedentes de la enfermedad, evolución,
tratamiento, la operación que se practicará, así como los exámenes que corroboren el diagnóstico. Adicionalmente se llena
una planilla para formalizar la petición.
"La carta aval podrá retirarse en un maximo de 72 horas después de haber entregado todos los recaudos a la Unidad de Reclamos HCM,Una vez emitida tiene una vigencia de 15 días, para que el paciente reciba el tratamiento solicitado. Si pasa ese lapso sin
usarla, habrá que actualizarla.
Cuando la empresa de seguros recibe la petición y los otros requisitos, su departamento médico los evalúa y decide si el
caso procede. "En nuestro equipo de médicos hay internistas, cirujanos generales y oncólogos, ginecoobstetras y
traumatólogos.
Son los que corroboran que el informe médico corresponda con el presupuesto y la cirugía o el tratamiento",

Luego de superar la primera etapa, el equipo de analistas técnicos revisa las condiciones de la póliza y que la patología
esté cubierta, y elabora la carta aval.
En otras manos. Ya con el documento, deberá entregarse en el departamento de admisión de la clínica junto con una
copia de la cédula de identidad. "Luego de verificar que la carta aval no está vencida, lo primero que hacemos es llamar al
seguro para activarla", dice José Antonio Rodríguez, supervisor del departamento de Admisión del Instituto Clínico La
Florida. "Nos aseguramos de que no haya diferencias entre el presupuesto y el monto aprobado por la compañía de
seguros. Si el seguro no cubre todo, la persona debe pagar la diferencia".
Agrega que son un vínculo entre el seguro y el médico tratante, porque si hay alguna complicación durante la cirugía, se
comunican con la compañía de seguros para conseguir una extensión. La clínica le envía un informe que incluye un
desglose de medicinas, material médico-quirúrgico, biopsia y otros; con el cual la empresa aseguradora aprueba la
extensión, siempre y cuando esté dentro del total asegurado. "En otros casos es necesaria una evaluación del presupuesto,
al que se le hace un ajuste después de discutirlo con la aseguradora y el médico",

Este proceso es ajeno al paciente o sus familiares, quienes pueden dedicarle todo su tiempo y energía a la recuperación.


En letras chiquitas. Las compañías de seguros se protegen ante posibles fraudes u omisiones porque se responsabilizan a
pagar la cantidad acordada siempre y cuando la intervención quirúrgica o el tratamiento médico realizado concuerde con el
diagnóstico indicado en el informe y presupuesto entregados. Si difieren, la aseguradora queda relevada de toda
responsabilidad asumida.
La ventaja de tener el aval de un seguro cuando los costos de salud son tan altos y el colchón de ahorro no siempre es
suficiente, le devuelve el color a cualquier tez desvanecida y garantiza que una intervención o tratamiento no se convertirá
en una deuda.

Fuente el Nacional